Serie Coyote Blanco

  • Abrevadero de dinasaurios

lunes, 30 de agosto de 2010

COFRADÍA DE COYOTES

Algunas palabras sobre el origen de la Cofradía de Coyotes



Nuestro coyote se desprende de una vieja publicación que se llamaba La coyotera, una revistita que hacía en mis años mozos. Pero cuando emprendí esta aventura editorial sabía que era nuestro deber andar bien armados, por eso propusimos un coyote con su cosita siempre afilada. Este proyecto arranca con varios artistas y escritores de Ciudad Nezahualcóyotl, municipio que hace honor al Tlatoani Nezahualcóyotl, a quien de niños conocimos como “El Rey Poeta”. Dentro del imaginario colectivo es claro que este terruño también fue conocido como la ciudad de los rascasuelos, pues muchos los conocimos sin construcción alguna y rascándolo a la tierra y al bolsillo levantamos nuestras casas. Tuvo sus épocas lodosas, que no gloriosas, cuando el municipio se inundaba y los charcos eran verdaderas lagunas, entonces el sitio se convertía en Nezaguaylodo. Luego venia la época de secas, con remolinos y tolvaneras, y entonces la nombrábamos como Nezayorck (yo la escribo con C y K al final; es decir SeCa). En tiempos más recientes esta ciudad es mundialmente conocida como MiNezota, porque ya somos una ciudad grandota. Total, que somos unos Nezios al derecho y al revés. Aquí crecimos y aquí surgió este proyecto cultural que toma al coyote como icono, chamán o nagual. A este coyote no le pusimos los dietes afilados, ni le abrimos el hocico para que le aullara a la luna, aunque lo hace muy a menudo. Pero como tenemos muy claro que hacer cultura no es nada fácil en este México lindo y qué herido, decidimos armarnos muy bien. Por eso nuestro logo tiene una credencial muy afilada. Chiquita, si ustedes quieren, pero eso sí; bien puntiaguda.
Atentamente
Eduardo Villegas Guevara
El Coyote Mayor

1 comentario:

  1. Villegas fue mi profesor en la secundaria durante 2 semanas, en una ocasión en que mi maestra de "Español" se enfermó. Hoy estoy por terminar una carrera en la Facultad de Filosofía y Letras con el recuerdo muy presente de que uno de mis primeros mentores escribía cuentos. Donde quiera que ande, le mando un enorme abrazo a ese personaje que trajo letras para esta ciudad.

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